lunes, 26 de febrero de 2018

¡Aviso importante!

Si alguien lee esto, primero que nada me alegra volver a escribir aquí. Varios años han pasado ya. Espero que todos se encuentren bien. La razón de esta entrada es que desde hace un tiempo me ha surgido la inquietud de revisar y corregir Somewhere In Her Smile y mudar la historia a una plataforma más moderna, es decir, Wattpad. Blogger me dejo muy buenos recuerdos pero los tiempos cambian. Es algo que aún no decido pero justo por eso me dirijo a ustedes ¿les interesaría releer esta historia en su versión remastered? JAJAJA. Espero recibir alguna respuesta para ver si aún hay alguien interesado en leerme. Dicha acción conllevaría, claro está, la eliminación de este blog. En fin, si hay alguien leyéndome aún, espero sus respuestas.

PD: he pensado continuar mi otro fic que dejé inconcluso, Love Will Find a Way pero de nuevo, no sé si hacerlo o no.

Abrazos a todos.

sábado, 15 de febrero de 2014

Aviso...de nuevo.

¡Mis queridas lectoras! Hola, ¿cómo están? espero que muy bien. Les saludo de nuevo, para informarles algo, que quizás las deje un poco molestas o tristes. Es una decisión que venía pensando desde hace ya mucho, pero hace unos segundos me he convencido de que es lo mejor. Sí, para estas alturas ya se han de imaginar a que me refiero, pero lo diré de todas formas. He decidido no seguir con esto.  No es contra de Lily, ni de ustedes, ni de nadie. Estoy segura que Lily fue un personaje o más bien, es, un personaje singular, del cuál estoy muy orgullosa, pero he decidido no seguir escribiendo su historia, ni la de ella, ni ningún otro fanfic, ya sé, parece que se ha puesto de moda el dejar los fanfics, yo los quiero mucho, pero siento que esto ya no es lo mío y las cosas que sé que puedo hacerlas bien, me gusta hacerlas así, bien. 

Mi decisión ha sido tomada por diversos factores, pero uno crucial, es mi edad, soy más grande que muchas de ustedes - y no es que las esté haciendo de menos por tal hecho- Ustedes no tienen culpa de haber sido concebidas años después que yo. Es decir, la mayoría de ustedes esta de entre los 12-17 años, una bella edad, cabrona, pero bella. Disfrútenla, porque cuando crezcan, vienen demasiadas cosas con ello, creo que no es necesario que se los diga, pero solo para que lo tomen en cuenta, crecer conlleva mucho más que solo egocentrismo de nuestra parte al decir "Si, yo puedo" es volar sin mamá, papá o hermanos que te protejan. 

La cosa es que tengo muchas cosas en este momento, chicas. Tengo la Universidad, que con solo escribirlo creo que saben todo lo que conlleva, y saben que estudio Psicología, solo podría ser más matado si fuera Medicina, además...tengo la  vida hecha un revoltijo, y sí, así estará su vida a sus 19 años, escúchenme porque es una predicción, es totalmente normal pero no por ello, es más fácil. Pienso demasiado todas las noches y todos los días, porque ya no soy una adolescente como ustedes, este es mi ultimo año de transición oficial de adolescente a joven adulta...y pesa, pesa demasiado, es parte de la vida, sí...


Por ello he decidido dejar los fanfics, en los fanfics uno se llena de fantasías e irrealidades preciosas, cosas con las que yo ya no puedo jugar, porque estoy muy vieja para ello. Pero ustedes claro que pueden. No les voy a decir "dejo los fanfics porque ya soy madura.". La madurez conlleva mucho tiempo para lograrse, no porque hayan sufrido mucho en su vida o porque hayan crecido con adultos o porque hayan cumplido 18, 19 o 20, significa que mágicamente son maduras. La madurez se alcanza, quién sabe cuándo...creo que uno no se da cuenta, solo llega y ya. 

La verdad es que no dejaré de escribir, eso nunca, pero ya no escribiré fanfics, porque he llegado a una madurez ¿literaria? a la que tarde o temprano TODAS USTEDES, con esfuerzo y dedicación, llegarán. Mi turno es ahora, tengo varias ideas para varias cosas, quizás las escriba, quizás no...tal vez me convierta en escritora, a lo mejor y no, nunca dejaré de escribir, sería como la muerte, pero quizás ya no publique lo que hago, quizá solo se lo de a unos cuántos o quizás no. La vida es caprichosa y recuerden que solo podemos estar seguros de lo que ignoramos. 

Lamento no darle un final a Lily como se debe, pero les diré que ella tenía un final feliz, después de varios tropiezos, pero lograba ser feliz. Les dejaré la incógnita de cómo era que lo lograba. Quizás cuándo sean grandes y se descubran felices y plenas, y si se acuerdan de esta historia, quizás digan "Oh, así fue como Lily llego a la felicidad." 

Que cursi, pero yo sería muy feliz, si en algún lugar, alguna persona dijera eso. 

No me queda más que decirles, que mis blogs con fanfics no serán eliminados...no por ahora. Me llevo un gran recuerdo de Blogger y de todas ustedes, muchas gracias por todo, no tengo palabras. Quizás en un futuro, cuándo sea una treintona solterona y con muchos gatos, pueda volver a fantasear con los Beatles y que ellos llegan y uno se enamora de mí. Que no falta mucho para que cumpla 30, eh. 

¡Muchas gracias! No tengo nada más que decirles, si alguna vez regreso, les diré...si es que alguna aún quiere leerme. Gracias por todo, se han ganado mi aprecio. Que Alá las guíe en toda su vida y siempre, siempre, disfruten su vida al máximo. Sueno como abuelita, pero cuándo uno llega a un punto clave de su vida, las cosas se tornan más...diferentes. 

Tendré un blog en donde publicaré mierda en contra del mundo, quizás quieran echarle un vistazo de vez en cuándo... http://diariodeunalunaticaymas.blogspot.mx/

¡Nos vemos! y muchísima suerte en todo, que Harrison y Lennon siempre las cuide.

-Citlali.

martes, 10 de diciembre de 2013

¡Felices Fiestas!

Hola, mis pequeñas aliens. Bueno, sí...para su desgracia, no comentaron y ya no subiré capítulo hasta Febrero...hahaha no, no fue su culpa, es que yo soy muy perezosa. A ver, me iré a mi casa para las vacaciones decembrinas y no tendré internet u_u entonces me es imposible subirles, o quizá no...ya veremos.

Primero que nada, les deseo a todas y cada una de ustedes un muy feliz año nuevo y una muy feliz navidad. Ojalá y el 2014 nos traiga mejores cosas, a mi, en lo personal, el 2013 me dejo muchísimas experiencias, siento que soy más sabia a lo que era hace un año, espero poder aplicar lo aprendido en el año que viene. Gracias a todas por su apoyo, en momentos de crisis, como mi sonada crisis amorosa, algunas de ustedes lo supieron...y con los nervios por los resultados acerca del examen de admisión para la Universidad, me alegra decirles que me ha ido muy bien en este 1er semestre y que la carrera me fascina, estoy contenta de haber optado por estudiar Psicología. Y bueno...no sé que más decirles, ojalá y que este año este lleno de amor, música, literatura y más, les prometo que trataré de darles mucho más de Lily, es enserio, tengo grandes planes para ella. Gracias a todas, Debbie, Larissa, Sabi, Valentina...no sé quiénes más, enserio, las quiero mucho y de nuevo, gracias por leer esta cosa.

¡Nos vemos el año que viene! 

lunes, 9 de diciembre de 2013

Capítulo 26: Antes de la tormenta


-¿Ahora si me puedes decir que ha sucedido? –preguntó Stuart esa misma tarde, después de soportar verme sollozando por una hora.


-Le dije a Patrick lo que sentía por él –dije un poco más tranquila.


-Bien… ¿y que sucedió? –preguntó Stu sin inmutarse-


-Nada, lo que tenía que suceder…me ha rechazado –dije sin más.


-Bueno, eso prueba una teoría –dijo Stu


-¿Cuál? –pregunté


-Que el tipo es un gran idiota-dijo


-reí sin ganas- Si, quizás…


-Venga, no te sientas mal por eso ¿sí? Es mejor que ignores lo que te dijo el estúpido y continuar como si no hubiera pasado nada –dijo


-Bueno, no creo que sea tan fácil –dije con cierta ironía.


-No, no lo será, pero puedes hacer eso o tumbarte al llanto durante muchos meses…¿Qué es lo que prefieres? –preguntó mientras encendía un cigarrillo.


-Yo, por ahora, solo quiero dormir-dije con humor.


-río- Supongo que es comprensible


-¿Stu? –pregunté


-Dime-


-Perdóname por lo que dije aquella noche –dije con sincero arrepentimiento en mi voz


-No te preocupes, está olvidado –dijo


-No, en verdad, lo siento mucho –dije


-Tranquila, en verdad, está olvidado –dijo y esbozó una sonrisa.


-Te quiero mucho, Stu –dije


-Y yo a ti, Lily, y yo a ti-dijo aún con la misma sonrisa.


---


-¿A dónde te vas de vacaciones? – le pregunté a Grace cuando llegó a mi casa con esa noticia.


-¡A Nueva York! –dijo con gran emoción.


-Vaya, me alegro mucho –dije sonriendo.


-He esperado esto todo el año, Lily…Nueva York es precioso, a ti te encantaría.


-reí- Quizás alguna vez tenga la oportunidad de ir


-Espero que sí


-¿Cuánto tiempo te vas?


-Todas las vacaciones, regresaré como una semana o días antes de que comiencen las clases de nuevo


-Bueno, eres una suertuda, espero que te vaya muy bien


-Escucha…¿No te gustaría ir? Si yo le digo a mis padres, es seguro que aceptaran que vengas y…-la detuve-


-Nada en este mundo me gustaría más, Grace, pero tomaré un curso de verano –dije


-No me jodas ¿Reprobaste una materia?


-reí- No, adelantaré una materia


-¿Cuál?


-Filosofía II


-¿Debo de adivinar quién la impartirá?


-reí- El hombre que ha ganado tu devoción, Roberts


-Mierda, ¿ya no hay esperanza de que se vaya?


-reí- Tan siquiera este semestre, no.


-Bueno, entonces, supongo que suerte con él


-Gracias


-Y no pienses mucho en el idiota de Patrick –dijo con desdén, cuándo le dije lo que había pasado con él, le declaró su odio infinito.


-reí- Trataré


-Nos vemos, Lily, cuídate mucho


-Igualmente, Grace –dije despidiéndola.


---


-Buenas tardes, jóvenes. Soy el profesor Jonathan Roberts y les impartiré la materia de Filosofía II. Quizá ya haya algunos que me conozcan –dijo mientras miraba discretamente a mi dirección - y los que no…bueno, ahora lo hacen.


Roberts iba igual que siempre, atractivo, hijo de puta…lo normal. En la clase solo habíamos quince personas, yo era la única de mi grupo que había decidido tomar el curso, así que pensé que se haría todo un poco más fácil.


Roberts comenzó explicando lo que veríamos en aquel curso y demás cosas, su clase jamás fue tediosa, y eso, se mantenía.


-Me alegra verla por aquí, Señorita Arden –dijo al finalizar la clase.


-¿Pensó que no vendría?-pregunté


-Uno nunca sabe…-dijo con un indicio de sonrisa.


-En esto tiene razón –dije y así, se marchó.


---


En el camino de regreso a la casa, me sentí sola de una manera inusual, quizás era por el hecho de que siempre me acompañaba Grace.


-Pero miren quién está por aquí –escuche de la voz que menos quería oír.


-¡Y miren quién está aquí! El estúpido más grande de todo Occidente.


-¿Viste que ocasionaste, Arden? Ahora por tu culpa Patrick se marchó.


-Fue por tu culpa, lo tenías harto con tanta estupidez tuya, John –dije sin dejar de caminar, lo mejor sería evitarlo


-Aún me debes una golpiza ¿recuerdas? –dijo Lennon acercándose provocativamente.


-Cuando quieras, John, pero hoy no…-dije sonriendo sutilmente y alejándome


-¡Eres una cobarde! –gritó desde lejos


-¡Que te den! –le respondí y seguí mi camino.


Aunque había tratado de que sus palabras no me afectaran, que no causaran ningún eco en mí…el muy hijo de puta, lo había logrado…había traído el recuerdo de Patrick a mi memoria y una vez más, sentía una fuerte opresión en el pecho…


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Estaba en mi casa, apenas recuperándome de los comentarios de Lennon, cuando escuche que alguien llamaba a la puerta.


-¿Sí? –dije abriendo y encontrándome con Mimi Smith.


-Hola, Lillian, buenas tardes.


-Buenas tardes, Señora Smith…pase, por favor –dije


-Gracias –dijo, haciendo caso.


-¿En que la puedo ayudar?-dije, mientras la guiaba a que se sentase.


-Solo quería ver cómo te encontrabas –dijo con sinceridad.


-Oh, muchas gracias por su preocupación pero me encuentro bien –dije con una sonrisa.


-Bueno, me alegro mucho por eso –dijo


-¿Algo más? –dije después de un rato, interrumpiendo el silencio que se había hecho.


-Déjame ver…-comenzó a recordar- Ah, sí…¿Sabes quién es la señora Williams?


-Creo que…no –dije


-Bueno, ella y su esposo, el Señor Williams tienen una pastelería que está muy cerca de la Universidad a la que asistes.


-¡Ah! Sí, sí sé cuál es, nunca he ido pero he escuchado mucho de ella, ¿Qué hay con los dueños?


-Bueno, Jane me ha pedido ayuda porque ella y su esposo ya no se dan abasto con todos los clientes que tienen y necesitan una mesera…Jane me ha pedido que le recomiende a alguien y he pensado en ti…sería solo durante en las vacaciones, si quieres, claro y si no tienes nada que hacer.


-Bueno…suena tentador, Señora Smith pero ahora estoy tomando un curso de verano, estoy adelantando una materia –dije


-Oh, ya veo…¿La tomas en la tarde? –negué con la cabeza – bueno, el trabajo es en la tarde, me parece que de dos a cinco de la tarde, cuando la tienda cierra.


-¿En verdad? –Asintió – bueno, si fuera así…sería algo muy viable.


-Mañana puedes ir a hablar con Jane, dile que vas de mi parte, si te agrada todo, toma el trabajo y si no, sencillamente, lo rechazas.


-Supongo que es muy razonable…gracias, Señora Smith –dije sonriendo


-De nada –dijo con una media sonrisa, creo que era algo casi imposible pedirle a Elizabeth Smith que sonriera abiertamente.


La idea del trabajo me había parecido una muy buena opción para despejar mi mente de todo lo sucedido y lo que estaba sucediendo, además…parecía algo para tener mayor libertad económica.


Al día siguiente, después de terminadas las clases, decidí ir a ver aquél trabajo.

Llegue a la pastelería Williams Dessert, un local que a simple vista se podía observar su carácter hogareño, sin pretensiones, era un local con diseño de cabaña, en los colores verde bosque y rojo ladrillo, habían varias mesas afuera y una cantidad notoria de gente sentados en ella. Aquella pastelería era famosa por sus pasteles de diferentes sabores, cambiaban todos los días de la semana, el más famoso y querido por todo Liverpool, era el de queso, receta antigua de la familia Williams.

Sin más, entré al mostrador, en donde se encontraban todos los pasteles y demás postres. Adentro me pude encontrar con dos adorables señores mayores, me imagine que serían el Señor y la Señora Williams.


-Buenas tardes ¿Qué desea? –dijo con voz amable el señor.


-Buenas tardes, mi nombre es Lillian Arden, vengo por recomendación de la Señora Mimi Smith, por el asunto del trabajo.


-¡Por supuesto! –dijo la señora –Mimi dijo que vendrías, ven, pasa –dijo con evidente entusiasmo.


-¿Tú eres la sobrina de Anna Miller? –preguntó el Señor Williams-


-Sí, así es –dije con una media sonrisa al recordar que todo Liverpool conocía a Anna-


-Lamento mucho lo de su muerte…era una mujer adorable –agregó


-Sí, por supuesto que lo era –dije


-Bueno, bueno…no hablemos de cosas tristes –interrumpió la señora Williams- Yo soy Jane Williams y este es mi esposo, Tom.


-Mucho gusto –dije sonriendo-


-Verás, Lillian…¿puedo llamarte Lily? –asentí- Bueno, Lily, como de seguro te habrá comentado Mimi, necesitamos una chica que nos ayude a atender el negocio, en el verano, las ventas aumentan considerablemente y bueno…ya no somos tan jóvenes como para correr de aquí a allá –río fuertemente la Señora Williams –


-El horario sería de dos de la tarde a las cinco, que es cuando cerramos, y cuando hay más clientela, los Sábados serían tu día libre y el Domingo el horario sería de once de la mañana hasta las dos de la tarde, ganarías semanalmente…el trabajo no es muy matado, solo es tomar pedidos y llevarlos –sonrío el Señor Williams – ¿Qué te parece?


-sonreí- Me parece bien – Los señores Williams eran una pareja ya entrada en años, el señor Williams tenía ese aspecto típico de los abuelitos, con cabello cano y unas mejillas regordetas, su voz derramaba dulzura junto con la de su esposa, la señora Williams, quién era alta, delgada e igualmente con cabello cano, con una silueta, igualmente, típica de los abuelitos. No conocía bien a los señores, pero ya me caían muy bien.


-¿Estudias, querida? –preguntó la señora Williams, sacándome de mis pensamientos –


-Sí, señora, estudio Psicología en la Universidad de Liverpool, muy cerca de aquí, justo ahora estoy tomando un curso de verano, adelantando una materia –dije sonriendo –


-Oh, vaya, que bien –agregó el Señor Williams - ¿Segura que no tendrás ningún problema con el horario?


-No, señor, mis clases terminan a la una, máximo a las dos, quizás tenga que venir corriendo, pero me aseguraré de llegar a tiempo.


-¡Muy bien, entonces! –dijo el Señor Williams.


-Bueno, sin más que decir, estás contratada –dijo la Señora Williams con una sonrisa.


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-¿Así que ya tienes trabajo? –preguntó Stu.


-Así es, un trabajo tan fino como el ser mesera –dije riendo.


-Bueno, trabajo es trabajo ¿Cuándo comenzarás? –preguntó-


-La próxima semana, parece algo bueno para distraerme, en realidad, en las tardes no hago mucho.


-Sí, supongo… ¿Quieres ver mi nueva pintura? –dijo Stu, y por supuesto que tuve que decirle que sí ¿Cómo decirle que no, si cada vez que hablaba de sus pinturas se le iluminaban los ojos como pocas veces?

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-Según la teoría de Nietzsche, tendrán que definirme desde su perspectiva el concepto de Superhombre, “Dios ha muerto” y el Nihilismo. –dijo Roberts en la mitad de la segunda semana del curso de verano, hasta ahora habíamos visto a los filósofos más importantes, desde los filósofos presocráticos hasta los de la Posmodernidad, ahora mismo estábamos viendo a Friedrich Nietzsche, por el cuál Roberts tenía gran devoción. Es enserio, si el tipo viviera, Roberts no hubiera dudado en casarse con él –Tendrán que entregármelo para la próxima clase…es decir, mañana –agregó con un indicio de sonrisa, porque Roberts nunca sonreía abiertamente, solo había ciertos indicios de sonrisa, burlona…hasta cierto punto, cruel. La única vez que lo había visto sonreír abiertamente había sido cuando me encontró en el estacionamiento de la escuela, hace ya unas semanas, pero bien él había dicho que en ese momento no era mi profesor.
Salí de la clase de Roberts y fui directo a Williams Dessert, llevaba tres días trabajando y poco a poco podía entender el sistema en el cuál se basaban para atender a los clientes, lo peor era cuando llevaban niños y exigían que sus pastelillos llegaran lo más rápido posible, sin entender que era por turnos…el menú de la pastelería igualmente era demasiado extenso y cada día habían un “pastel del día”, estaba trabajando en aprendérmelo, aunque debo de decir que cada uno guardaba similitud  con los otros, por eso me confundía, aunque estaba segura que el del Viernes, era el famoso pastel de queso. La pastelería igual tenía sus clientes frecuentes, para el tercer día ya me sabía los nombres y caras de la mayoría de ellos, habían dos parejas: El señor y la señora Parker, unos señores de edad mayor que eran íntimos amigos de los Williams, sus hijos estaban todos casados y el señor Parker estaba retirado, por lo que tenían mucho tiempo libre y pasaban mucho de ese tiempo, en la pastelería. La otra pareja eran unos chicos, Michael Woods y una chica llamada Clarissa, quiénes eran novios y les gustaba ir para allá antes de ir a un parque y besuquearse durante horas. Los demás eran familias, jóvenes, señoras y señores, y uno que otro veinteañero que se dejaba ver por allí.


-¡Hola, Lily! –dijo la señora Williams.


-Buenas tardes, señora Williams –dije con una sonrisa mientras me ponía el delantal – si bien, no era necesario llevarlo, me resultaba más fácil así anotar los pedidos y dar cambio, gracias a sus prácticas bolsas - ¿Hay mucho trabajo?


-El normal, aunque debo de decirte que el Pastelillo de Fresa es uno de los favoritos, entonces, quizás, hoy estés un poco más ocupada de lo normal. –dijo


-Oh bueno, creo que me las sabré arreglar –añadí con humor.



Me gustaba mucho el trabajo en la pastelería, me resultaba fácil, no muy tedioso y además, la señora Williams siempre me daba un pedazo del pastel que yo quisiera al final del día, y yo amaba el pastel, entonces…todo estaba más que bien.


Pero como suele pasar en la vida, antes de la tormenta y después de ella, hay una calma demasiado grande y sospechosa, esta era mi calma.

Mi tormenta aún estaba por venir.
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Miren, lo importante es que tenemos salud, hahaha si me comentan mucho este capítulo, les prometo que subo otro en la noche. ¡ES ENSERIO! o se quedaran con las ganas de saber que pasa, hasta el año que viene (enserio, no subiré hasta que regrese a clases de nuevo!) 

viernes, 27 de septiembre de 2013

Capítulo 25: Cambios

Esa misma noche, regresamos hasta mi casa, yo siempre había odiado el alcohol por los antecedentes mi padre y ¡Mírenme ahora! Lillian Arden, casi ebria, y con comportamientos agresivos, también parecidos a los de mi padre. Mi madre y mi tía no estarían contentas con todo esto, pero ellas no estaban aquí…

Pero había alguien que si estaba aquí y estaba igual de enojado de lo que hubiera estado cualquiera de ellas dos.

-Ya te puedes ir, Grace, estoy bien –dije sentándome de mala gana –Perdóname por haberte hecho presenciar esa escena –dije con sincero arrepentimiento.

-río- ¿Bromeas? Fue lo más genial de toda la noche, me alegra que le hayas dicho todas esas cosas a Lennon, se las merecía, solo tenía miedo de que te fuera a hacer algo –dijo sinceramente, recibiendo una gran mirada reprobatoria de Stuart.

-reí- No te preocupes, a los tipos como John les encanta hablar y hablar y soltar miles de amenazas pero es en menor medida lo que hacen –dije

-Solo da gracias de que hoy no te haya demostrado lo que puede hacer, Lillian –dijo Stu –

-Bueno, yo ya me voy, tienes razón, Lily, ya es tarde –dijo despidiéndose de ambos y marchándose hacía su casa…ahora que lo pensaba ¿Qué excusa habrá dado para poder salir y llegar tarde? Generalmente sus padres no la dejaban salir de noche y regresar tan tarde.

-¿Estás contenta? –dijo Stu a forma de reproche, mierda…sabía que terminaría lamentando todo esto.

-¿Contenta? ¿Debería de estarlo? –pregunté.

-Llevaste al tipo hasta su límite, Lillian –dijo con tono más duro de lo que me habría gustado.

-¿Y? ¿Qué problema hay con eso? –dije

-Lillian, déjate de estupideces, tú no sabes de lo que es capaz John, solamente agradezco que yo haya estado allí para poder detener lo que sea que te hubiera querido hacer.

-Stuart, estás exagerando –dije

-¡A la mierda! ¡Yo no estoy exagerando nada, Lillian! ¿Sabes en que peligro te pusiste? ¿Sabes que hubiera sido capaz de hacerte? ¡Tú no lo sabes! Pero yo sí y no quiero ni imaginármelo –dijo Stu, mierda, en verdad, estaba enojado.

-No sé porque reaccionas así –dije con tono sereno, no me gustaba la idea de que Stu me gritara, era una sensación horrible.

-¡Tienes que dejarte de este puto juego! ¡Los dos! Así como tú ya te has hartado de él y él de ti, yo ya me he hartado de los dos, no sé qué están tratando de conseguir con esto, si se quieren matar el uno al otro, háganlo y ya, pero dejen de involucrarme en sus cosas y dejen de hacer escenas públicas, solo se ponen en ridículo los dos –dijo Stu encaminándose hacía la salida.

-¡No necesito tu protección, Stu! Si es lo que tanto te molesta ¡Nadie te está pidiendo que me protejas, eso es algo que tú mismo te has adjudicado, no yo! –era el alcohol hablando de nuevo y un poco de rabia mía.

-¿Sabes qué? Tienes razón, es todo culpa mía, discúlpame –dijo sin más y así, desapareció de mi vista.

La había cagado enserio esta vez.

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Esa misma noche, al irme a dormir, solo conseguía dar una y mil vueltas en mi cama, no lograba concebir el sueño, tenía muchas cosas en la cabeza. Mi cumpleaños, el primero que pasaba sin mi mamá y sin Anna, la pelea con Lennon, la discusión con Stuart…las confesiones de Harrison…a Patrick le gustaba Iris…ya estaba más que confirmado.

¿Podía culpar a Patrick de que le gustara Iris y no yo? Iris era una chica más o menos de mi estatura, con ojos café, con cabello negro largo, muy brilloso, era encantadora en su personalidad, amorosa y cariñosa, no temía demostrarlo, siempre tenía una palabra de aliento para quien lo necesitara, se preocupaba por todos, joder, era casi una santa, con amor para todos y llena de buenos deseos, siempre estaba dispuesta a ver el lado amable de todo. Era algo admirable de cierta forma pero igualmente, su personalidad la hacía ilusa, hasta cierto punto tonta y siempre queriendo quedar bien con los demás, a veces dejando que la pisotearan con tal de no hacerle mal al prójimo, siendo inocente y sin saber defenderse…pobre chica, en algún momento tendría que ver lo duro de la vida y ver que ese “lado amable” era visto por tontos, generalmente, ilusos optimistas.

Pero ¿Patrick se había fijado en todo lo malo que yo ya he dicho de aquella chica? Lo dudo, se habrá fijado en lo bonita que es, lo cariñosa que puede ser y lo divertida que puede llegar a ser, siempre usaba vestidos con estampados de flores y con listones en su cabello, su color favorito era el rosa.

Yo era en muchas cosas, lo contrario a Iris, era fría, cortante, orgullosa, egocéntrica, no me interesaba mucho por los demás, no siempre veía el lado amable de las cosas, tenía un cabello horrible y para nada brilloso, usaba gafas y odiaba los vestidos, no usaba listones en mis peinados, si es que me peinaba, no dejaba que me pisotearan, ni tampoco era inocente e ilusa…era demasiado diferente a Iris, yo era fea…¿Ella era todo lo que Patrick estaba buscando? Yo nunca había sentido la necesidad de cambiar por nadie, tampoco había sentido aquella sensación de que yo no era suficiente, pero también tenía que ser realista, ¿Qué podía yo darle a Patrick? Más bien ¿Qué podía darle yo a cualquier persona? No era nada amorosa, no era cariñosa, solía ser cruel y utilizaba el sarcasmo y la ironía de forma habitual, era grosera y un total y completo desastre… No podía darle nada bueno ni a Patrick ni a nadie.

¿Podía culparlo entonces? No realmente.

Pero lo curioso del asunto, es que sabía que si yo podía llegar a amar a alguien y ese alguien podía llegar a amarme a mí, sería algo magnifico, sería diferente a como soy, no sería como con todos, porque esa persona no sería todos, sería único en toda la extensión, podría escribirle poemas o dedicárselos, yo podría ser la persona más cariñosa del mundo, pero siempre tenían que darme tiempo…era curioso, a pesar del total desastre que era, que soy…que seré, de lo jodida que podía estar, yo realmente creía que podría hacer feliz, verdaderamente feliz a Patrick y a cualquiera.

Pero eso realmente ahora ya no importaba, Patrick se había fijado en Iris y no en mí.

Y con ese pensamiento, se soltaron las lágrimas, lágrimas amargas. La primera vez que lloraba por alguien, pero no la última.

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Al día siguiente, experimenté una resaca horrible.

-¿Cómo estás? –Preguntó Grace cuando caminábamos rumbo a la Universidad-

-¿Tú cómo crees? –pregunté con humor.

-río- Bueno, eso es indicio de que no debes de volver a beber tanto.

-reí-Sí, supongo…¿Grace?

-Dime

-¿Qué excusa diste para ir ayer conmigo y Stu? –pregunté, recordando lo de ayer-

-río-Solo tuve que decir que iría contigo a celebrar tu cumpleaños, por cierto, mis padres te mandan sus mejores deseos.

-Gracias –sonreí-

-Hablando de Stu ¿en dónde está?-preguntó-

-En sus clases…-dije, mierda, realmente se había enfadado –Creo que es posible que este enfadado conmigo, bueno, creo que enfadado, es poco.

-Ya veo –dijo Grace con mirada preocupada.

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Ese día, volví a ver lo que había visto días anteriores, Patrick estando muy cerca de Iris, buscándola a todo momento y siendo lindo y atento con ella. Ahora ya no me causaba rabia, ahora solo me causaba tristeza y me lastimaba cada vez más.

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Pasaron los días…algunas semanas, no había rastro de Stu, no había querido ir a buscarlo, debía de darle su tiempo, aún estaba muy enojado por todo lo que le dije y no lo culpaba, le dije muchas cosas feas que no sentía, yo agradecía que se preocupara por mí, pero fue cuando él dijo que era algo así como su “obligación”, que realmente todo ese vómito verbal salió de mi sin más.

Mis tardes ahora eran más solitarias, solo Grace que de vez en cuando venía a hacerme un poco de compañía, pero ella tenía encima suficiente mierda, con las peleas de sus padres acerca de su educación y esas cosas…

No había visto a Lennon desde aquella noche y agradecía por ello…no quería lidiar con él.

Finalmente, llegamos a los días finales de Mayo, es decir, final de semestre, a partir de Junio y hasta Agosto, habrían cursos de verano –eran cursos para aquellos que quisieran adelantar materias o bien, personas que habían reprobado alguna, podían tomar los cursos y evitar atrasar su titulación profesional – Entonces decidí que tenía que sacarme esto que tenía dentro.

-¿Qué vas a hacer qué?-preguntó Grace con gran sorpresa.

-Como lo oyes –dije

-¿Por qué? –preguntó

-Porque ya no quiero seguir con esto, después de que se lo diga, podré olvidarme de toda esta mierda –dije finalmente, era una decisión que había tomado con mucho cuidado, con mucha meditación y de la que quizá, no sacaría nada bueno, pero se debía de hacer.

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Era un treintaiuno de Mayo de 1959, era un día nublado, con mucho viento, último día del semestre. Último día para muchas cosas.

-Tengan unas felices vacaciones –dijo Greensmore al final de las clases. Entonces, busqué a la persona que necesitaba ver con la mirada, allí estaba, junto a Iris, diciéndole algo que la había hecho sonreír, bien, me tenía que armar de valor…

-Patrick-dije llegando hasta él e Iris.

-Lillian-dijo Patrick en cuanto me vio - ¿Te puedo ayudar en algo?

-¿Podríamos hablar? –pregunte

-Ah...-dudó-

-Yo iré con Victoria, hasta luego, Lily –dijo Iris con una gran sonrisa-

-Sí…porque no –dijo Patrick

-Pero aquí no, vayamos afuera –dije

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-¿Y bien? ¿De qué quieres que hablemos? –preguntó Patrick impaciente. Estábamos en una de las bancas que había en la Universidad, cerca del estacionamiento de los profesores.

-Bueno, solo quería decirte algo, antes de que saliéramos de vacaciones…yo…-no sabía cómo empezar- Primero que nada, lamento los desplantes que te llegue a hacer, estuvieron mal…y segundo, solo quería decirte…sin esperar nada, ni pretender nada…esperando que lo que sea que hay o hubo entre tú y yo, no se estropeé…que…a pesar de las apariencias…tú…me agradas…me…gustas –dije finalmente, vaya, jamás lo había dicho a nadie-

Por unos segundos, el rostro de James Patrick tenía una total expresión de sorpresa, parecía que no sabía que decir.

-Eso explica muchas cosas…Gracias –dijo con una sonrisa sincera.

-De nada –dije con la cabeza baja.

-Yo…bueno, yo solo te puedo ver como…amiga, creo, yo…bueno, eres una gran chica y…-comenzó a decir

-Para, para –dije – no es necesario que digas nada, decía la verdad cuando dije que no te lo decía con alguna pretensión o esperando algo.

-Sí…bueno…

-¿Por qué me dejaste de hablar así como así?-pregunté, tenía curiosidad.

-Yo…me dijeron muchas cosas de ti, Lillian, cosas no muy buenas –dijo con cierta duda en sus ojos.

-¿Puedo saber qué cosas?-pregunté.

-No, será mejor que no las sepas –dijo

-¿Lennon? –asintió- Bueno, lo que sea que te haya dicho, deberías de saber que de seguro eran mentiras, pero no importa, si te las creíste y dejaste que eso te influenciara en tu opinión sobre mí, fue mejor así, que me dejaras de hablar y te alejaras de mí…

-Yo…perdóname-comenzó a decir torpemente.

-No, no tengo nada que perdonarte, Patrick, lo que yo siento o sentía por ti, ya no importa realmente…ya no importa nada de todo esto.

-Lo lamento, en verdad, Lillian, no…-siguió diciendo.

-¿Eres novio de Iris?-pregunté de repente.

-No…salimos un par de veces…pero ya se acabó-dijo

-¿Por qué? –pregunté

-Porque en unos días me voy de aquí –dijo con cierta nostalgia.

-¿Ah sí?

-A mi padre lo han transferido de nuevo y…creo que yo comenzaré con otra carrera…siempre me gustó Derecho –dijo sonriendo débilmente, creo que todo esto, le habría abrumado.

-Oh, bueno…que bien –dije sinceramente – Que te vaya muy bien, Patrick, te deseo lo mejor –dije sonriendo ampliamente como pocas veces había hecho en estas últimas semanas.

-Gracias…por todo, Lillian...me…me tengo que ir –dijo apenado

-Está bien, suerte –dije y entonces me dedicó una sonrisa y se volteó y finalmente, se fue.

Rechazada…

Rechazada por primera vez, tan siquiera la primera vez abiertamente. Pensé que me sentiría mejor después de decirle a Patrick lo que sentía por él, pero no fue así…fue todo lo contrario, me sentía igual de mal o incluso…peor.

Era un dolor muy profundo, muy fuerte, como el que había experimentado aquella noche de mi cumpleaños, cuando supe que a Patrick le gustaba Iris, era muy fuerte, nunca lo había sentido, en una parte de mi corazón que ni siquiera sabía que existía. Sentía que me quemaba por dentro, que me destruiría, que algo se me estaba rompiendo y no podía repararlo, algo que dolía tanto que necesitaba llorar mucho para poder sacar un poco de todo el dolor que tenía. Estaba en la banca de la Universidad, cerca de los autos de los profesores, aunque había un torbellino de emociones dentro de mí, sabía que solo algunas lágrimas debían de estar cayendo por mis mejillas.

-¿Está bien? –preguntó una voz conocida. Volteé a ver hacía enfrente mío, aún con la neblina que causaban las lágrimas en mis ojos. Era Jonathan Roberts.

-Sí, estoy bien –dije, secándome rápidamente las lágrimas de mis mejillas, algo estúpido de mi parte, si él ya las había visto.

-Creo que debería de saber que las mentiras son malas –dijo con sarcasmo, ahora lo que menos quería era lidiar con él -¿Puedo sentarme? –Negué con la cabeza, pero no me hizo caso y se sentó a mi lado.- Le volveré a preguntar ¿está bien?

-Profesor, creo que tiene cosas más importantes que hacer, que el estar viendo si una de sus alumnas está bien o no ¿no cree?-dije con arrogancia.

-Bueno, cuando están en medio de la Universidad, llorando, creo que es porque es necesario que un profesor vea si su alumno está bien –dijo con un tono que jamás le había oído, un tono…humano.

-lo miré fijamente- Yo…es una tontería, usted sabe…los chicos de mi edad nos ponemos así por cualquier tontería.

-Si me permite, dudo que usted sea una más de esos “chicos”, quiero creer que es por una razón mayor que se ha puesto así.

-Es una tontería, en verdad –dije con gran firmeza.

-Y…¿esa tontería no se llamará James Patrick o sí? –preguntó delicadamente alzando una ceja-

-¿Realmente es tan notorio? –pregunté con cierto enojo.

-río sutilmente, jamás había escuchado su risa – No, pero le recuerdo que estudie Filosofía y que para ello, hay que notar cosas que los demás no, soy observador y me di cuenta de la forma en que usted lo trataba, nada de otro mundo –dijo.

-Bueno, sí, la tontería se llama James Patrick –dije

-Le diré lo que es conocido en todo el mundo, citando a Jane Austen, es una verdad, universalmente conocida que los hombres son unos idiotas y generalmente, suelen lastimar a las pocas mujeres buenas y decentes que quedan en nuestro pobre mundo –dijo Roberts.

-reí débilmente- Quizás tiene razón.

-Oh, créame, tengo razón y mucha –dijo sonriéndome- No se sienta mal por alguien, Arden, y mucho menos por algo como Patrick, no deje que un idiota le borre la sonrisa, eso es lo peor que una mujer puede hacer.

-No deberíamos de estar hablando de esto ¿sabe? –dije divertida.

-Diablos, no, pero aquí estamos, tome –dijo dándome un pañuelo –todo irá bien y créame, encontrará a alguien mejor.

-¿Vio que si eran tonterías de chicos de mi edad? –dije

-De cierta forma, pero aun así…-dijo con su sonrisa, era linda.

-Profesor, ¿impartirá algún curso de verano? –pregunté

-resopló de forma cansada- Sí, tengo que dar uno de esos tontos cursos.

-¿Filosofía II? –pregunté.

-Así es ¿Por qué tanto interés? –preguntó.



-¿Aún es tarde para que me inscriba? –pregunté con cierta expectación, mantenerme ocupada en vacaciones era justo lo que necesitaba, así podría olvidarme de todo esto lo más antes posible.

-resopló de nuevo-No, no es tarde ¿quiere que anote su nombre?

-Por favor-dije con una sonrisa.

-Está bien, la anotaré –dijo

-Gracias –dije – y gracias por hablar conmigo y…eso.

-Ah, ha sido mi buena acción de todo el año –dijo sonriendo- Vaya, embriáguese hasta perder la conciencia, cuando yo salía de vacaciones, era lo que yo y mis compañeros hacíamos y usted debería de hacerlo con mayor razón, no hay nada mejor que mucho alcohol para curarse del amor y además, solo tiene una semana de vacaciones, con los cursos que ha decidido tomar, en verdad, embriáguese como nunca –dijo

-reí- No son consejos muy aptos para que de un profesor ¿no cree? –dije

-río- Digamos que por estos pocos minutos he dejado de ser su profesor y solo soy un extraño que encontró en la Universidad, le dijo una verdad universal y le recomendó que se vaya a embriagar.

-reí- Gracias, profesor Roberts.

-sonrío- De nada, Señorita Arden, de nada.

Y así, me fui de aquel lugar…era gracioso, jamás había hablado tanto con Roberts y jamás se había mostrado tan accesible y…humano, podría decir que hasta parecía agradable, bah…quizás había sido un acto de lástima. Fuere lo que fuere, me había gustado…mucho.

---

Después de toda la conversación con Roberts, comencé a sentirme igual que cuando estaba en aquella banca…necesitaba irme, caminar…no sé como pero llegué al departamento de Stuart. ¿Era un error ir a verlo ahora? Quizás…pero hacía semanas, que para mí eran años, que no lo veía.

-¿Sí? ¡Hola, Lily!-dijo Rod en cuanto me vio.

-Hola, Rod, ¿está Stu? –pregunté

-Sí, está arriba.

-¿Esta solo? –pregunté, no quería ver a Lennon ni a nadie-

-Sí…¿estás bien?

-¿Puedo pasar a verlo? –pregunté

-Por supuesto.

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-¿Quién era, Rod? –Preguntó Stu-

-Hola, Stu-dije cuando estuve enfrente de él-

-Lily…¿Qué haces aquí? –preguntó confundido-

-Solo venía a verte porque…porque…-mierda, mierda, mierda, las lágrimas volvían a invadir mis ojos y mi garganta se cerraba…-te he echado mucho de menos.

-Lily…¿estás bien?-dijo acercándose de mí, no resistí y decidí ir y refugiarme en un abrazo con él, porque me sentía perdida, tenía tanto dolor dentro de mí y la única persona con la que podía sacar todo aquello, estaba enfadada conmigo porque había sido una tonta, después le pediría disculpas, por ahora solo quería llorar y llorar mucho.

Stu no me despreció, al contrario, me abrazó fuerte, muy fuerte y dejo que como siempre, le emparará su camisa con mis lágrimas, no me preguntaba nada, solo dejaba que dejara sacar todo…absolutamente todo.

Nunca podría expresar con palabras ni con acciones que tanto amor tenía yo por este hombre.

Y el gran dolor que sentía, que era innombrable, innombrable.

Parecía que mataba.



“Porque el amor cuando no muere, mata
Porque amores que matan, nunca mueren”




[1] Y morirme contigo, si te matas – Joaquín Sabina, cantautor español.

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¡Hola! ¿Me extrañaban? He regresado con un nuevo capítulo, aún sigo adaptándome a los cambios que mi decisión de estudiar en otro estado, están conllevando...hay veces en que realmente deseo regresar a mi casa y otros días en donde me siento muy bien, no ayuda mucho que mi salón esté lleno de estúpidos...pero bueno, ¿que más puedo hacer, cierto? Espero y les guste el capítulo, sinceramente...es lo mejor que puedo hacer. Cuídense mucho.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 24: Sucesos

-Vaya…-fue todo lo que pronunció Grace en nuestro camino de regreso a nuestras casas.

-¿Vaya?-pregunté alzando una ceja, haciéndome la desentendida.

-Ha sido…interesante-dijo cuidando sus palabras.

-Dilo, ha sido infantil-dije poniendo los ojos en blanco.

-río- Un poco, pero…no creo que importe lo que opine.

-Yo misma pienso que ha sido estúpido.

-Bueno…si tú misma lo piensas, estamos en problemas.

Dijo mientras yo solo reí.

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-¿Hola?-Dijo Patrick al día siguiente, sentándose a mi lado.

-Hola-dije con indiferencia.

-¿Estás enojada conmigo aún?-preguntó alzando una ceja-

-Nunca lo estuve-dije en tono cortante y lo ignoré…e hice lo mismo todo el día, y no me sorprendió que después de eso, no me volviera a buscar en todo el día…

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-¿Cómo estás?-dijo Stu cuando llego a mi casa esa misma tarde para comer conmigo.

-Bien y ¿tú?-pregunté.

-Bien…¿segura que estás bien?

-Sí ¿Por qué la insistencia? –pregunté.

-Bueno…¿cómo van las cosas con Patrick?

-No me habla-dije secamente.

-Ya veo…¿Por qué?-preguntó.

-No lo sé, me ignoro, después yo lo ignore y llegamos a esto –dije tratando de darle menos importancia de la que realmente tenía, no quería tener que admitir que toda esta situación me estaba carcomiendo por dentro, oh, pero la estúpida de Lillian se olvidaba de que estaba tratando con Stuart…

-¿Así de simple, eh?-preguntó alzando una ceja.

-Sí, así de simple…¿Ya quieres comer o todavía?-dije con notoria irritación en mi voz.

-Bueno, sabes que puedes seguir mintiéndome o me puedes decir la verdad. Tú decides. Sí, ya quiero comer, Gracias –dijo Stu, imponiéndome cierto temor con su voz, a veces lo hacía, y hasta podía dar miedo, pero generalmente se mantenía con su carácter tranquilo y sereno.

-No necesito esto, Stuart, son cosas de niños, que realmente no son tan importantes y ni siquiera debería de tomarles tanta importancia.

-Pero lo haces.

-Lo sé.

-¿Qué tan fuerte es lo que sientes por él? –pregunto Stu, como si ya supiera la respuesta y temiera que lo dijera en voz alta.

-No lo sé.

-Ah, Lily…-dijo mientras suspiraba y me daba una mirada de preocupación.

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-¿Ya no estás enfadada conmigo? –preguntaba Patrick con cierta preocupación en su voz.

-Nunca he estado enfadada –dije con una voz cortante y fría.

-Oh, sí…claro-dijo sentándose a mi lado, pero procuré sencillamente ignorarlo.

Y así paso todo el día…

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Ya habían pasado algunos días y la situación con Patrick seguía igual…yo le hablaba un poco y era todo, el prefería estar con otras personas, por “otras personas” me refiero por supuesto a Iris Scott con la cual pasaba la mayoría de su tiempo ya…se había cansado de buscarme después de unos tres desplantes que le hice –un comportamiento típico en mí- entonces yo me enfadaba más, parecíamos niños de catorce años con estas situaciones. Stu estaba muy disgustado con todo esto, y Grace igual, no les agradaba que le tomara tanta importancia a alguien “tan estúpido y poco agraciado” –palabras de Grace – como para hacer que me pusiera tan mal.

Lo peor de todo esto era que el sentimiento que tenía por Patrick se seguía haciendo más y más grande y eso era lo más estúpido de todo…¡El tipo ni me dirigía la palabra! ¡Le era indiferente! Y aun así, seguía provocando extrañas sensaciones en mí.

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Siguieron pasando las semanas hasta que…

-¡FELICIDADES! – gritaron de repente en mi habitación.

-¿Qué puta madre?-dije levantándome de mala gana.

-¡Feliz cumpleaños, Lily!-dijeron Grace y Stu al mismo tiempo.

-¿Qué? –seguía diciendo…¿estaban locos? Mi cumpleaños era el 23 de Abril…¡ESPEREN! - ¿Qué fecha es hoy?

-23 de Abril, tonta –dijo Stu sentándose cerca de mí y dándome un beso en la frente –Felicidades, Lily.

-Vaya…gracias, perdónenme, no puedo creer que me olvide de mi propio cumpleaños.

-Pero nosotros no –dijo Grace sonriendo –Felices diecinueve.

-Gracias, Grace –dije devolviéndole la sonrisa.

-Ven, te hicimos un desayuno muy especial –dijo Stu rascándose la cabeza, como si dudara de que tan “especial” era.

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-Sabe delicioso –dije con la boca llena.

-Bueno, hemos visto que si te gustó –dijo Stu sonriendo.

-¿Estás bromeando? Amo los panqueques –dije aun con mucha comida en la boca.

-suspiró- Bueno, mi madre hizo un buen trabajo –dijo Grace.

-¿Josephine?-pregunte con los ojos bien abiertos.

-Sí, es que ni yo ni Stu sabemos cocinar –dijo con una sonrisa inocente- Pero mi mamá sí.

-Bueno, le quedo delicioso –dije acabándome todo lo que aún tenía en el plato.

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-Oí que hoy es el cumpleaños de la cosa fea que llamas “amiga” –dijo Lennon a la salida cuando me encontré con Stu.

-Sí y esta cosa fea aún puede darte una golpiza épica –dije enfadada pero ya no como antes, ya había aprendido a ignorar a John y a negarle lo que siempre tan fervientemente buscaba: atención.

-¿Quieres hacer el intento?-dijo acercándose con tono retador.

-No te tengo miedo, Lennon, solo me das pereza y mejor ahórrate tu actuación de circo barato, ya he aprendido como suele ser tu mierda, que te jodan y que tengas una bonita tarde –dije haciéndome paso entre él y sus tontos amigos –incluido Patrick- y me fui con Grace.

---

-¿Quieres ir al pub que está cerca del Instituto de Artes? –dijo Stu de repente.

-¿Disculpa?-dije alzando mis cejas del libro que estaba leyendo, cortesía de Stu y también mi regalo de cumpleaños, vida y obra de Vincent Van Gogh, un artista representante del Postimpresionismo, que tenía fama de loco por haber tenido ciertos colapsos mentales que lo llevaron a un manicomio, inclusive en medio de una de sus crisis se cortó una oreja, y desde la ventana que había en la habitación en el manicomio en donde fue internado, se inspiró para su más célebre obra La noche estrellada. – ¿Puedo saber porque me regalas este libro, Stu? –pregunte curiosa.

-río- Porque Van Gogh estaba loco y era un genio, una combinación que sé que te gusta, pensé que sería bueno para que te vayas acercando al arte, tu sabes…-comenzó a decir-

-reí- Vamos, estoy cerca del arte, mi mejor amigo es un pintor ¿Qué más cerca quieres que este? –pregunté.

-Bueno, quiero que sepas de artistas, de corrientes, inclusive hasta de técnicas –dijo mientras daba una pincelada de color amarillo a su cuadro.

-¿Y puedo saber porque tanto afán en que sepa todas esas cosas?-pregunté-

-No sé, solo quiero que lo sepas –dijo sonriendo – Y, retomando el tema, te pregunté si querías ir al pub que está cerca del Instituto de Artes.

-¿Al pub? –asintió- ¿Qué mierda iría yo a hacer a un pub?

-Ah…no lo sé, quizás a celebrar tu cumpleaños, quién sabe…-dijo con sarcasmo.

-reí- Oh, vamos…sabes que yo no tomo y no me gustan esas cosas –dije

-Oh, solo podríamos ir a oír al grupo de Jazz que toca por las noches, puedes traer a Grace, sé que a ella le gusta mucho el Jazz, podemos beber una o dos cervezas y charlar un rato, una pequeña celebración, como te gustan.

-Así que has estado hablando con Grace, ¿eh? –levante las cejas en gesto pícaro – Eres un pillo, Sutcliffe.

-Y tú una mal pensada, Arden –dijo negando con la cabeza – Me agrada, es linda.

-Pero no linda en la forma que pudiera ser tu novia. –dije afirmando, no preguntando.

-¿Sabes? Eres muy creída, crees saber todo de mí y todo lo que diré aunque aún no lo haya dicho –dijo con tono sereno, no sonaba a reclamo.

-reí- No es que me crea, querido, es que sé de lo que soy capaz y para tu información, si sé que vas a decir aunque aún no lo hayas dicho –reí- o ¿me equivoco?.

-suspiro- Desgraciadamente, no y tienes razón…es linda pero solo para conversar con ella, para hablar de música, arte y esas cosas…no puedo ver a Grace como otra cosa.

-¿Por qué? –pregunte de repente.

-Yo que sé, cosas de mi personalidad, es algo parecido a lo que tengo contigo, aunque juren que nos terminaremos casando, no puedo verte como mujer, eres más que eso para mí ¿Sabes? Es algo más o menos parecido con Grace.

Ese último comentario me puso tensa, “más o menos parecido con Grace”, yo apreciaba mucho a Grace, era lo más parecido que había tenido a una amiga en los últimos años, pero no podía negarlo, ese comentario me había causado algo muy extraño, bah, ¿A quién engaño? Eran celos, con miedo…siempre fui muy celosa de mis amigos porque de alguna manera, temía a que me los quitaran…y pensar eso con Stuart, era algo demasiado intenso, era mi mejor amigo…pero ¡Tonterías!...Arden, bien sabes que Grace ve a Stu de una manera muy diferente de la que él la ve a ella…

-¿Estás celosa? –dijo de repente Stu, interrumpiendo mis pensamientos.

-Jódete-dije más seria de lo que planeé.

-Oh, en definitiva estás celosa –dijo riendo complacido. Maldito. –No te preocupes, Lily, eres mi chica favorita y siempre lo serás –dijo y de repente, sin que me diera cuenta, me enredo en un abrazo muy fuerte, ah, jodido marica.

-Eres un marica, Stu-dije enojada-

-Tú sabes que me quieres y sabes que yo te quiero también –dijo con una gran sonrisa…ah, un abrazo…nunca ha matado a nadie.

Y mucho menos si ese abrazo venía de Stuart Sutcliffe, que estaba hecho de azúcar o algo parecido.

---

-Se ve desagradable –dije en cuanto llegamos al pub del que Stu me había hablado en la tarde-

-río- Bueno, pensé que dirías algo así, entremos –dijo –dame tres cervezas –le dijo al cantinero.

-Enseguida –respondió el tipo.

-Tocan bien –dijo Grace al poco tiempo.

-Sí, son buenos –dijo Stu.

-¡Pero miren quiénes están aquí! –oímos que grito una voz, espantosamente conocida. Sí, era Lennon.

-John –dijo Stu

-Hola, Stu…¿has sacado a esos monstruos de paseo? –dijo con tono burlón.

-¿Qué haces aquí? –preguntó Stu, ignorando el comentario de John.

-Oh, nada más…vine con algunos chicos a tomar unos cuantos tragos, ¿quieres venir?-dijo

-Estoy aquí con Lily, celebrando su cumpleaños –dijo

-Oh, ven un rato, no se van a morir sin ti –dijo y Stu volteó, buscando mi “aprobación” de alguna manera, y se la di, cualquier cosa que evitara que John estuviera jodiendo con sus comentarios inoportunos.

-Hola –dijo alguien detrás de mí.

-Hola-dije volteándome.

-¡Feliz cumpleaños! –dijeron Paul y George con unas grandes sonrisas.

-¡Gracias! –dije recibiendo el respectivo abrazo de cada uno -¿Cómo supieron?

-John lo mencionó en alguno de sus comentarios tontos, ¿Diecinueve, eh? –dijo Paul-

-Así es, todo un año más vieja –dije riendo.

-Lamento…lamentamos no haberte podido traer un regalo, pero es que…-comenzó a excusarse el siempre dulce George.

-Para, para, George, no hay problema, no esperaba ningún regalo –dije consolando al chico con una sonrisa -¿cómo han estado? Hace siglos que no hablamos.

-Siempre te desapareces –dijo Paul sonriéndome.

-Bueno, pero aquí estoy hoy.

-Hola, Grace –dijo Paul notando la presencia de la chica y es que ella había estado concentrada en la actuación del grupo de jazz, se había olvidado de todos, hasta hace unos segundos había regresado a la realidad.

-Hola, chicos –dijo con una sonrisa tímida.

---

-¿Cómo has estado?-preguntó George mientras Paul estaba conversando con Grace.

-Ah…bien y ¿tú? –pregunté, George generalmente era muy callado…pero su mirada penetrante siempre me hacía pensar que él sabía cosas que los demás no.

-Bien también –dijo y de repente, noté algo que no debí de haber notado, entre todos los amigos de Lennon que habían ido con él a aquél pub, estaba nada más y nada menos que el idiota de Patrick y peor aún…se estaba acercando hacía nosotros.

-Hola –dijo a George y a mí.

-Hola –respondimos los dos.

-Supe que hoy es tu cumpleaños, felicidades –dijo con algo muy parecido al ¿temor?

-Gracias –dije de forma cortés pero muy fría.

-Bueno…nos vemos –dijo sin más que decir.

-Y dime, ¿no es un poco tarde para que estés en estos lugares, George? ¿Tu mamá sabe que estás aquí? –pregunté, tratando desesperadamente de cambiar de tema.

-Te gusta ¿cierto? –preguntó de la nada, Joder, tenía talento.

-suspiré- ¿Tan obvia soy?

-No realmente, digamos que puedo ser bueno observando –dijo sonriendo levemente - ¿Por qué te gusta?

-Yo que sé-dije encogiéndome de hombros.

-Ya veo…

-Todo esto es una mierda, George, nunca te fijes en nadie, los hombres son tontos y las mujeres, a veces, unas putas.

-sonrío- Bueno, Lily, deberías de fijarte en alguien más ¿conveniente?.

-¿Disculpa? –pregunte alzando una ceja.

-No sé, Patrick es un idiota, no me malinterpretes, hace comentarios estúpidos que nos hacen reír pero es todo, no es realmente un ser humano…¿cómo decirlo? ¿Extraordinario? Es realmente muy simple, no tiene nada que debería de llamarte la atención, hasta cierto punto, es parecido a John, por eso le agrada tanto… y le gusta que esté con nosotros –dijo –Mira, no es que me guste hablar mierda de la gente y mucho menos, detrás de ellos, pero creo que es necesario que lo sepas, porque me agradas…de todas maneras, a él, al parecer le gusta alguien.

-¿Sabes quién es? – al parecer todas las “advertencias” de Stu no eran en balde, tenían un origen, y algo me decía, que era algo así como lo que Harrison me estaba diciendo.

-Iris, creo que así se llama la chica –dijo George haciendo memoria. Por supuesto que le gustaba Iris Scott, era más que evidente…

-Vaya –dije tratando de que mi voz pareciera tranquila. Fallé.

-No te pongas mal por un tonto, Lily, sé que es lo que la mayoría de las personas dicen, mi mamá se lo decía a mi hermana, cuando igual le rompían el corazón, pero esta vez, realmente lo digo enserio, es un tonto y no creo que tu debas de ponerte mal por uno, ¿no crees? –sonrío de manera comprensiva.

-Sí, George pero es un poco difícil, ni siquiera sé porque me afecta tanto si lo conozco desde hace unos meses.

-El corazón es algo muy extraño, al igual que los sentimientos, tu deberías de saberlo, tu eres la futura psicóloga, no yo –río-

-reí- Bueno, en eso tienes razón –suspire- gracias por decirme todo esto.

-De nada, Lily –dijo dándome otra sonrisa más. George de alguna manera siempre me recordó a Stu, en la dulzura que ambos solían tener, era algo muy difícil de encontrar y mucho más, en hombres, pero me alegraba de ser tan afortunada como para conocer a dos hombres con aquella rara característica.

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-Nunca me respondiste si sacaste a pasear a todos monstruos –dijo Lennon de nuevo con tono burlón pero esta vez, muy, muy ebrio.

-Has estado bebiendo demasiado –dijo Stu en afirmación.

-Demonios que he estado bebiendo, pero ¿a ti que te importa? –dijo con algo parecido a enojo.

-Vete de aquí, Lennon, deja de ponerte en ridículo –dije enojada, este tipo me tenía harta, era un impertinente, egocéntrico, machista y alcohólico que solo buscaba la oportunidad para joderle la vida a quién se le cruzara en el camino. No entendía como Stu podía ser su amigo. Nunca lo entendí.

-Tú cállate, Arden, nadie te hablo –dijo.

-Me tienes harta –dije sin más. No sé de donde había obtenido esa repentina rabia que sentía, quizás era toda la situación con Patrick, lo estresante que todo se había vuelto o quizás las cuatro cervezas que me había tomado, número récord, nunca había pasado de una, excepto esta noche.

-Me tiene muy sin cuidado si es así o no, eres una niña tonta –dijo

-Y tú un imbécil –dije

-Me tienes harto –dijo acercándose hacía mí - ¿Crees que te tengo miedo o que te voy a “respetar” porque eres mujer o porque te tiras a Stu?

-¿Tú conoces la palabra “respeto”, Lennon? ¿Acaso esta en tu diccionario? –dije acercándomele yo también.

-No me tientes, Arden –dijo con rabia en sus ojos.

-Y tú no me tientes, Lennon, porque no sabes con que te estás metiendo, para tu información no creo que me tengas miedo a mí, pero deberías, eso te lo juro, en segunda, no me tiro a Stu, aunque creo que a ti te gustaría hacerlo ¿no? –sabía que por ese último comentario, iba a terminar pagando muy caro, con Stu y con todos.

-¡¿ME HAS DICHO MARICA?! ¡¿HAS INSINUADO QUE SOY UN MARICA?! –dijo Lennon acercándose cada vez más.

-Entiende lo que tú quieras, pero creo que sí, he insinuado que eres un marica –dije, definitivamente, era el alcohol.

-Retráctate –dijo enfurecido.

-¿Qué? ¿Estamos de nuevo en el colegio? ¿Qué tienes? ¿Ocho años? O ¿Seis? –dije con tono burlón seco, ese tono que utilizaba para herir a la gente, conscientemente.

-Retráctate o te obligaré a que lo hagas –dijo esta vez a solo unos pasos de mí, podía ver como Stu estaba estratégicamente a mi lado, y Pete, al lado de John, aunque de nada serviría, Pete estaba igual de ebrio que John o más.

-Creo que esta vez, quiero que me obligues porque no me voy a retractar, cobarde –dije escupiéndole las palabras una por una.

-Eres una perra, Arden, nunca me cansaré de decirlo –dijo

-y tú, eres el imbécil más grande de la tierra, eres un idiota que cree que tirándose a todas podrá demostrar la hombría de la cual carece ¿A quién quieres sorprender, John? ¿De quién te estás tratando de ganar el respeto? ¿De tu padre desaparecido? O de estos tontos que te siguen cual perritos, ¿eh? Realmente quiero saber.

-¡SUFICIENTE! –dijo acercándose hacía mí como un león contra su presa. Siendo detenido por la fuerza de cuatro tipos, solo podía reconocer a Paul.

-¡PÉGAME! ¡PÉGAME, IDIOTA! QUIERO VER QUE ME PEGUES, DEMUÉSTRAME QUE ERES TODO UN HOMBRE, SATISFACE TU PUTA HOMBRÍA, SATISFÁCELA ASÍ, PERO TE DIRÉ ALGO, ERES UN MARICÓN Y ESO NADIE TE LO QUITA, NO IMPORTA A CUANTAS PUTAS TE TIRES, NO IMPORTA CUÁNTAS VECES ENGAÑES A CYNTHIA, NO IMPORTA CUÁNTAS VECES TE EMBRIÁGEZ HASTA PERDER LA CONSCIENCIA, NI TAMPOCO IMPORTARÁ CUANTAS VECES LE PEGUES A UNA MUJER. SEGUIRÁS SIENDO UN MARICÓN DE MIERDA Y ESO NADIE TE LO QUITARÁ ¡¿ME ESCUCHASTE?! AHORA, ATREVETE A PEGARME, IMBÉCIL –dije fuera de mí, era todo esto, toda la mierda que me había estado pasando, sus constantes desplantes, sus estúpidos comentarios, las cervezas, todo, esto era mi límite y conscientemente, dudo que hubiera podido decirle todas esas cosas, pero el efecto del alcohol me había ganado.

-¡Lillian! ¡DEJA DE PROVOCARLO! –dijo Stu sosteniéndome por la cintura, no sé en que momento había quedado tan cerca de John.

-¡STUART, SUÉLTALA, ME IMPORTA UNA MIERDA QUE SEA TU AMIGA! ¡ERES UNA PERRA!

-¡SÉ UN HOMBRE Y VEN A PEGARME! ¿LE TIENES MIEDO A STUART? ¿LE TIENES MIEDO? ¡DILO!

-Lillian, deja de hablar por el amor a Dios, te va a matar –dijo Grace.

-No si yo lo mato primero a él –dije enojada, furiosa…y lo que le sigue.

-Llévense a John –dijo Stu- ¡QUE SE LO LLEVEN! –dijo gritando ahora él, con tal de que le hicieran caso.

Los chicos, como pudieron, se llevaron a John, arrastrándolo, el cabrón tenía fuerza. Stu me seguía sujetando por la cintura con una fuerza increíble, forcejeé mucho tiempo con él, igual Grace lo ayudaba, hasta que vieron que John estaba lo suficientemente lejos, decidieron sacarme a mí también, pero sin soltarme del todo.

-¡Algún día te daré una paliza épica! –se escuchó que gritaba John.

-¡Y YO ESTARÉ AQUÍ PARA DEVOLVERTE CADA PUTO GOLPE, ES UNA PUTA PROMESA, LENNON! ¡UNA PUTA PROMESA! –dije gritando, ocasionando que Stu me volviera a cargar y me llevará así hasta mi casa.

Por supuesto que era una puta promesa.

Felices diecinueve a mí.

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¡Hola!  ¿Me extrañaron? Yo sé que sí XD hahaha bueno, ya tiene un buen rato que no había actualizado, no era porque no quisiera, sino que primero: a mediados de Julio me quedé sin internet, y ese tiempo fue de mucha calidad porque leí muchos libros y aparte, escribí la genial cantidad de 2 capítulos :D hahaha, después, no sé si les avisé pero QUEDÉ EN LA UNIVERSIDAD, logré entrar y en la carrera que quería, oficialmente están hablado (leyendo) con una estudiante de Psicología...bueno, después me vine a este Estado, que es donde viviré hasta que me titule, que Harrison y Lennon me amparen para poder titularme y que sea pronto, y pues en lo que me instalaba y todo, con los cursos de inducción...bueno, hasta tuve un momento de depresión, más bien, aún esta medio presente... porque pues, es difícil estar lejos de tu familia (MAMÁ), que tu te hagas cargo ya de ti mismo (MAMÁ), que comas puras porquerías que no están hechas en casa (MAMÁ) ah que, lo último es mentira, tengo la fortuna de estarme quedando con mis tíos, pero pues...es raro, más a como soy yo de penosa y callada, ciertas veces...pero bueno, creo que poquito a poquito me estoy acostumbrando, estuve a punto de regresarme, porque creía que en verdad, moriría de tristeza o alguna mamarrachada así porque es muy difícil :c pero como alguien me dijo "a todo se acostumbra uno menos a no comer" y quiero pensar que es cierto, y bueno, ya estoy en lo que es la segunda semana de la Universidad y espero poder, ya estamos en equipos, tenemos que exponer, BLABLABLABA. Buuueeenoooo y la cosa es a ver hasta cuando puedo volver a escribir y a subirles otro capítulo, aunque me tarde años, voy a seguir actualizando, espero y bueno, una vez al mes, como mínimo, pero no les puedo asegurar nada. A las nuevas lectoras que se han incorporado a este pequeño atropello a la Literatura, insultando los grandes nombres de escritores famosos, muchas gracias por tomarse el tiempo para leer esto y ponerse al corriente. Ya lo saben, alguna cosa que quiera contarme, hablar o lo que sea, pueden agregarme en Facebook <- allí de ese ladito aparece mi insignia y por allí esta mi Twitter y mi Tumblr para las que quieran, un especial saludo a Debbie, que siempre ha apoyado este fanfic, y me fuerza, casi amenaza con matarme, para que suba capítulo, hahaha. 

PD: Les recomiendo mucho que lean La Tregua de Mario Benedetti, como yo soy una llorona, terminé llorando al final.

¡Nos vemos, espero, sea pronto!

-Citlali.

domingo, 30 de junio de 2013

Capítulo 23: ¿Está mal?


Todo había transcurrido normalmente. Por “normalmente” me refiero a que no había habido ninguna complicación en mi vida, la escuela y todo normal…ah, excepto por ese sentimiento hacía James Patrick, que no, aún no se iba, al contrario parecía ir creciendo cada vez más y eso…era peligroso, muy peligroso.

-¡¿POR QUE NO FUISTE A LA ESCUELA?!-gritó Grace desde afuera de mi casa.

-Sí, claro, estoy bien ¡GRACIAS! –dije bajándome como podía por las escaleras, hasta que abrí la puerta y se horrorizo por mi estado.-

-Dios santo, ¿Qué te ha pasado?-preguntó con esa expresión graciosa que tomaba cuando hablaba de temas serios.

-Me he enfermado de la puta gripa y estoy muriendo lentamente, Marsden, por eso que es no fui a la Universidad-dije con voz nasal y Grace entró rápidamente a mi casa.-

-¿Ya te tomaste algo? ¿Ya te hicieron sopa?-preguntó con las palabras luchando para salir de su boca-

-reí-Como vivo con alguien que me haga sopa y me de medicinas.

-¿Desde cuando estás así?-pregunto alzando una ceja.

-Desde hoy en la mañana.

-Muy bien, solo espera unos diez minutos-dijo dejando su mochila en uno de mis sillones y saliendo rápidamente.

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-Aquí esta-dijo Grace entrando junto con su padre, Michael.

-Puta madre, Grace, odio a los doctores-dije en un susurro.

-Lily ¿Por qué no me avistaste que estabas mal? Pude haber venido antes de ir al trabajo y darte unos antibióticos…

-Es que no quería causar molestias, Doctor Marsden, además, odio las medicinas.

-Bueno, me alegro por tu odio, toma –dijo dándome casi una farmacia entera-

-¿Tengo que tomarme todo esto?-pregunté.

-Solo los que están marcados, los demás tenlos contigo por cualquier situación que se pueda dar, a ver, revisaré los latidos de tu corazón –dijo el doctor Marsden haciéndome todo el chequeo de rutina que es necesario en estos casos.- Esta todo normal, solo es una infección en la garganta, guarda reposo, mucho líquido y tomate tus antibióticos. Gracie –dijo mirando a su hija- ¿Puedo regresar a trabajar ahora? –la chica asintió-

-Gracias por venir, papá-dijo Grace con una sonrisa que muy pocas veces le vi.

-¿Sacaste a tu padre del trabajo?-pregunté sorprendida.

-Fue corriendo y prácticamente me saco de una cita con un paciente-dijo Michael Marsden como si fuera la cosa más normal del mundo- En fin, que estés bien, Lily, te veo en la noche, Grace.

-Gracias, Doctor Marsden –dije en un hilo de voz.

-¿Qué? Podrías haber muerto si no lo hubiera ido a buscar-dijo Grace excusándose ante mi mirada de reproche.

-Bueno tampoco era como para sacar a tu papa de su trabajo-dije mientras ponía los ojos en blanco.

-Bah, tampoco es para tanto ¿Te gusta la sopa de pollo? –negué con la cabeza- Lástima, es necesario que la comas, te ayudará.

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Después de convencer a Grace de que no me moriría, me dejo sola, dejándome una buena dosis de sopa de pollo, que odiaba, odiaba con todo mi corazón la sopa de pollo, dejándome apartados los antibióticos que tenía que tomarme y las horas apuntadas, una cobija, una almohada cómoda y todo listo para poder descansar…en mi sofá. El solo pensar en que si subía a mi habitación y alguien llegaba, tener que bajas las escaleras…mis huesos me dolían demasiado.

Estaba lista para poder dormir una siesta cuando…

-¡LILY!-gritó una voz.

-Eres un idiota, cállate, Patrick-dijo la voz de Stu.

-¿Qué? ¡Perdón! Pensé que quizás estaría duchándose…¿cómo podría escucharnos de ser así?-dijo Patrick con ese tono burlón que siempre tenía después de cometer alguna tontería, porque solía hacerlas con mucha frecuencia, era como si su día no estuviera completo si no decía o hacía alguna idiotez.

-¿Qué quieren?-dije en un hilo de voz y parándome, a recibirlos-Hola-dije de mala gana.

-Te ves mal-dijo Stu con un rostro lleno de preocupación-¿Qué te sucede?

-Estoy enferma desde la mañana. –dije con una voz nasal peor que la de la mañana.-

-Me extrañó que no fueras a tus clases- dijo en un susurro Patrick-

-reí por lo bajo- ¿Por qué?

-Porque siempre vas a todas las clases y me pareció algo extraño que hoy no fueras-dijo James.

-¿Cómo supiste que no fui a la Universidad, Stu?-pregunte-

-Patrick me lo dijo, igual Grace se extrañó…pensó que habías muerto o algo así-dijo Stu tratando de ocultar su diversión ante tal pensamiento de Grace.

-Oh, ella ha estado aquí y ha comprobado que no estoy muerta –reí- perdón por preocuparlos.

-No te preocupes, estás bien, por lo que veo-dijo Patrick, pasándose las manos por su cabello, apenado…¿Apenado? Vaya, esto era nuevo.

-¿Quieres que te ayude en algo?-pregunto Stu.

-No, Stu, gracias, solo quiero dormir mucho…

-¿Ya estás tomando medicamentos?-pregunto Patrick alzando una ceja-

-Sí…odio las medicinas pero si no me tomo estas, es seguro que moriré-dije con cara de asco. Siempre he odiado las medicinas desde que era una niña pequeña, oh bueno, desde que tenía catorce años.-

-¿A qué hora te la tienes que tomar?-pregunto Stu muy serio.

-Tranquilo, papá –reí- tengo bien medida las horas y si me las tomaré, no estés preocupado.

-¡Que risa, Lillian! –Dijo con un gran tono marcado de sarcasmo- Si te mueres igual quiero que te sigas burlando.

-Vaya, hombre, no puedes soportar una inofensiva broma-digo después de poner ojos inocentes, cosa que solo hago para molestarlo de vez en cuando.

-Ah, eres imposible –dijo mientras daba un resoplido- Descansa, Lily y cuídate, si llegas a necesitar algo, no dudes en decirme-dijo Stu para finalmente darme un beso en la frente.

-Me aseguraré de anotar las tareas para decirte cuales son –dijo Patrick con una sonrisa, vaya, para él, el anotar las tareas ya era mucho, así que era algo “especial”-Espero y te recuperes pronto –dijo despidiéndose al mismo tiempo que daba un beso en mi mejilla.

Y así, los dos chicos se marcharon sin más…¿Y qué hacía la estúpida de Lillian? Se tocaba la mejilla en donde Patrick hacía apenas unos minutos había depositado un sencillo y cálido beso.

Patética, Arden.

Patética.

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Al día siguiente me sentía mucho mejor que el día anterior, ahora solo tenía una ligera tos, nada fuera de lo común, la molesta fiebre había cesado y eso era lo importante.

Aquél día paso sin demasiados eventos interesantes o dignos de mención. Excepto que Patrick había estado muy distante de mí…y eso se me hacía muy extraño por su parte ¿Había hecho algo mal yo? ¿Le había disgustado? O bueno, quizás Patrick era esa clase de chico que se aburría fácilmente de las cosas y cuando ya no le causaban ningún tipo de entretenimiento, se alejaba…esa una observación muy descabellada pero muy psicológica, oh, hurrah, Arden, estás comenzando a decir cosas estúpidamente psicológicas…y la gente decía que no serviría para Psicóloga –es mentira, nunca nadie dijo tal cosa, pero de seguro había más de uno que lo pensaba –

-¿Qué haces?-dijo Grace a la hora del almuerzo, estaba sentada en una banca, comiendo un emparedado de pollo, lo más “tolerable” para mi estómago después de una gripe casi letal.

-Comiendo-dije con un trozo de emparedado en la boca, con mis palabras poco entendibles, a Anna le molestaba horriblemente que hiciera eso, a pesar de que siempre le explique que mi madre no pudo hacerme entender que es un acto de mala educación, la enfurecía terriblemente. Sonreí ante el recuerdo de la dulce Anna, siempre tan cálida y paciente, era la mejor enfermera del mundo…

-¿Cómo te sientes?-preguntó Grace al sentarse a mi lado, sacando su almuerzo de una bolsa de papel y también, sacándome de mis propios pensamientos, un tanto deprimentes.

-Mucho mejor, gracias-dije con una sonrisa amable. Grace era muy linda, aunque a la mayoría de la gente parecía que les diría que se fueran a la mierda, pero si la llegabas a tratar mejor, era una persona muy amable.

-No es nada –dijo igualmente con una sonrisa – ¿Estás bien? – preguntó con curiosidad.

-¿Por qué lo preguntas?-dije con confusión…bueno, Grace solía ser muy observadora.

-Estás como ausente –dijo

-¿Huelo mal?-pregunte

-No –dijo un poco asombrada por mi pregunta.

-¿No tengo nada en la cara?-pregunte de nuevo.

-No-dijo

-Ah, entonces no sé porque putas Patrick ha estado distante de mí-dije finalmente-

-río-Ah, así que ese es el problema. ¿Desde cuándo está con esa actitud?

-Desde la mañana, no se ha acercado ni para saludarme, es un poco inusual en él…

-Ya veo-dijo Grace reacomodando sus gafas.

-¿Crees que estoy exagerando?-pregunte de repente.

-No, creo que te lo estás tomando muy enserio, Lily-dijo de repente. Mierda, Grace tenía mucha razón…era algo peligroso el estarme tomando a Patrick tan enserio, más cuando ni el mismo se tomaba enserio…era peligroso y estúpido de mi parte.

-Tienes razón-dije en un susurro.

-Mira, no me malinterpretes, Lily, eres libre de fijarte en quién gustes, solo que me agradas y no me gustaría que un idiota como Patrick te terminará haciendo daño. –dijo Grace con un tono severo…no me gustaba que la gente allegada a mi estuviera sermoneándome acerca de Patrick, por el hecho de que me daba mucho miedo que pudieran estar en lo correcto al decirme que podría hacerme daño.

-Lo tengo en cuenta, Grace, gracias-dije estrechando su mano en un gesto de agradecimiento al cual solo ella me dio una sonrisa.

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Llegó el momento de una clase de Roberts, ah... estúpido Roberts.

Jonathan Roberts, el tipo del momento, era la clase que mis compañeras habían estado esperando todo el día, aún seguían babeando por el cabrón, aunque el en más de una ocasión las había llamado estúpidas –sin que ellas se dieran cuenta, claro está – y las había rechazado a todas, aun así, seguía teniendo el mismo efecto en casi todas sus alumnas –exceptuando a Grace y a mí – Siempre iba con su mismo atuendo, camisa de lino de algún color cercano al azul o de color blanco, con unos pantalones negros, zapatos formales y cabello alborotado, lo hacían ver más joven de lo que era, y eso le gustaba porque de alguna forma, lo hacían ver más “deseable”. Era un arrogante hijo de puta, un arrogante hijo de puta que curiosamente era muy culto. Casi nadie sabía de su vida fuera de la escuela, y los demás profesores casi no se relacionaban con él, exceptuando por el director, Thomas Johnson, que siempre hablaba con él, nadie sabía de donde se conocían pero era casi seguro que fue por el que consiguió el puesto.

-Saquen sus cuadernos, por favor-dijo en cuanto entró al salón y se puso a escribir el tema que veríamos.

Lo más notable no era el que mis compañeras estuvieran muy atentas al trasero de Roberts mientras se agachaba a recoger su gis para el pizarrón, era que Patrick no estaba al lado mío como solía hacerlo en cada clase de Roberts, estaba al lado de Iris Scott, una de mis compañeras, era una chica muy linda físicamente y muy cálida y dulce en su personalidad, estaba al lado de Patrick esta vez y estaban riéndose en silencio de alguna broma entre los dos, esta fue la primera vez que experimente una sensación muy extraña, una mezcla de enojo, rabia y tristeza…mierda, si no me equivocaba, eran celos, lo cual era una estupidez puesto que no era absolutamente nada mío…aunque era un poco aceptable de mi parte ya que poseía una personalidad en extremo celosa, que nunca me llevaría a ningún lado…pero eso es lo que sucedía conmigo.

La clase de Roberts trascurrió normal y nos hizo entregar un reporte que había encargado hacía unos días.

-Arden, quédese después de la clase-dijo sin más, ¿ni un puto ‘por favor’?.

-¿Qué sucede, profesor? –dije haciendo énfasis en la palabra y poniendo mi cara mas dulce posible.

-He leído su anterior reporte-dijo con su expresión inmutable como siempre.-Siéntese.-Vaya, ¿no le cansaba ser tan autoritario?

-¿Y está mal?-dije haciéndole caso y sentándome.

-No, al contrario, ha sido el mejor ensayo de la clase-dijo con una ligera sonrisa en sus labios. OH POR DIOS. OH POR DIOS. OH POR DIOS. Jonathan Roberts me acababa de dar una sonrisa. No una media sonrisa, no un “fantasma” de sonrisa, no algo que yo creyera que era una sonrisa. UNA SONRISA en toda la extensión de la palabra…y tengo que decir, era preciosa, sé que no debería porque él es un cabrón hijo de puta que me tiene que desagradar, pero su sonrisa, era una de las más preciosas que había visto en mi corta vida.

-¿Ah sí?-pregunte incrédula, recobrando la compostura.-

-Así es, Lillian…me gusta como redactas-dijo sinceramente.

-Gracias por hacérmelo saber, profesor-dije viéndolo directamente a los ojos.

-Eso era todo, buena tarde-dijo levantándose y eso me indicaba que era momento de irme.

-Igualmente-dije saliendo del aula, ah, este profesor sí que era peculiar.

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-¿Nos vamos ya?-pregunto Grace.

-Sí, vámonos –dije con una media sonrisa.

-¿Qué sucede?-preguntó.

-Roberts me sonrió, esta vez sí me sonrió de verdad-dije como si fuera la cosa mas graciosa del mundo.

-¿Y porque te parece tan gracioso?-preguntó.

-No lo sé, nunca pensé que pudiera sonreír de una forma tan bonita-dije

-río-Lily, ya hemos hablado de que Roberts, aunque sea un cabrón hijo de puta que dice tienes que alargar tu ensayo, es un ser humano o bueno, un intento de –dijo

-reí- ¿Te mando a alargar tu ensayo?-

-El muy hijo de puta lo había pedido de un mínimo de cinco cuartillas, yo lo hice de siete, pero dijo que ahora todos teníamos que alargarlo hasta diez cuartillas, ¿Ves que hijo de puta puede ser? Más jodida tarea.-dijo Grace con un tonto severo de disgusto-

-reí- ¿Sabes? Me intriga.

-alzó una ceja-¿De verdad? Bueno…de alguna manera igual a mí, pero mi desagrado por él es mil veces más grande.

Y antes de que pudiera responderle a Grace con otra risa

-¡Lily!-escuche que alguien gritaba detrás de nosotras.

-¿Quién será?-pregunte buscando a la persona con la mirada.

-¡Lily!-volvió a gritar y en efecto, el idiota de Patrick venía gritando mi nombre. Después de encontrar mi mirada, dejo de gritar y apresuro su paso. –Tu cuaderno de Probabilidad, gracias –le había prestado el cuadernos unos días antes.

-De nada-dije recibiéndolo y teniendo un tono frío y cortante, después de su indiferencia todo el día, no estaba muy complacida con él.

-¿Está todo bien?-pregunto un poco confundido.

-De maravilla, Grace, vámonos –dije rápidamente.

-Espera, espera ¿estás enojada conmigo?-me pregunto poniéndose en frente mío.

-No, Patrick, no estoy enojada contigo, sigue ignorándome como hiciste todo el día-dije con desdén- Si me permites…-dije quitándome de su vista y yéndome con Grace.

Fue algo realmente infantil, pero me había molestado su actitud, ¿ignorándome, ah? ¿Por qué? ¿Qué le daba derecho? ¡No se lo permitiría! Este era el lado más horrible de Lillian, mi lado de hija de puta, un lado muy oscuro, a la que le gustaba ser una perra y no tenía ningún problema con ello…siendo así ¿Algún día podría alguien amarme? El solo pensamiento me llevaba a un valle de desconsuelo.

Mi única pregunta ahora era esta: Sentir esto por Patrick ¿Estaba mal? ¿Era incorrecto? ¿Estaba mal mi trato hacía él? Realmente no lo sabía, pero las palabras de Grace y Stu hacían eco en mi cabeza. ¿Y si Patrick me terminaba lastimando? Quizás todo esto era demasiado…era algo intenso, muy tonto para alguien de mi edad y a tan poco tiempo de conocernos, pero la verdad es que los sentimientos no se controlan, y aunque pareciera que yo tenía cierto dominio sobre ellos, era una gran mentira, nadie tiene el control de sus sentimientos, ese es el mayor problema de la humanidad o su mejor virtud…

En esos momentos, solo quería tumbarme en mi habitación, mirar hacía el techo, pensar en todo lo ocurrido y aclarar mi mente, porque parecía que mi poco sentido común se estaba desvaneciendo.

Oh Anna, como quisiera que estuvieras aquí, tendrías las palabras correctas.



La vida esta tan llena de complicaciones…aunque quizás allí esté la verdadera magia de vivir.

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¡Hola! ¿Cómo están? Espero que estén bien, al fin pude terminar este capítulo en el que estaba trabajando desde hacía ya unos días, es que no me llega la inspiración hahaha, aunque ya con mas tiempo porque ya termine la trilogía de 50 sombras de Grey {Gracias al cielo, según Mary x3} entonces, espero que les guste y que comenten porque si no, me daré un tiro :D. En serio... hahaha, bueno lo único bueno que les puedo decir es que ayer me compré dos libros :D siempre me gusta contarles de mi patética vida por aquí, es una manía mía, aunque sé que a nadie le importa, para poder vivir tranquilamente un rato...pero bueno, estoy publicando esto en JULIO, vaya en un mes más, cumpliré un mes con la novela D: es bastante ya, bueno, aquí en México son pasado la una de la mañana, haha yo y mi gran costumbre de subir en la madrugada, tengan un muy buen principio de mes y esperemos que todo salga bien (en una semana me dan resultados de la Universidad, como dijo Laringuis, pongan a Harrison y a Lennon de cabeza, pónganles una vela y pidan por mi D:) hahaha me paso a retirar y gracias a aquellas lectoras que siempre me leen y comentan, ustedes saben quiénes son ;).

PD: Gracias al señor Elton John y sus canciones por poder inspirarme lo suficiente para terminar este capítulo. 

-Citlali.